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Frutos secos para la microbiota

Frutos secos, microbiota y grasa corporal: lo que dice la ciencia

¿Qué es la microbiota intestinal?

 

La microbiota intestinal es el conjunto de bacterias y microorganismos que viven en nuestro intestino. No los vemos, pero cumplen funciones clave: ayudan a digerir alimentos, producir vitaminas, protegernos de infecciones y regular el metabolismo.

Cada persona tiene una microbiota única, como una huella digital. Y lo más interesante: lo que comemos influye directamente en ella. Una microbiota diversa y equilibrada está asociada con mejor salud intestinal, peso estable, menos inflamación… ¡y hasta mejor estado de ánimo!

Los frutos secos, gracias a su fibra y compuestos bioactivos, pueden favorecer esa diversidad. Por eso este estudio es tan relevante: muestra una conexión directa entre lo que comemos, nuestras bacterias internas y cómo se distribuye la grasa en nuestro cuerpo.

 

🥜 ¿Sabías que los frutos secos pueden ayudar no solo a tu corazón, sino también a tu microbiota… y a cómo se distribuye la grasa en tu cuerpo?

Un reciente estudio científico publicado en la revista Obesity (2024) analizó a más de 2.200 adultos en China y encontró que las personas que consumían más frutos secos tenían una microbiota intestinal más diversa y una mejor distribución de grasa corporal (menos acumulación en zonas de riesgo como el abdomen).

¿Cómo lo descubrieron? Mediante encuestas alimentarias, análisis de microbiota en heces y estudios de imagen corporal. Quienes comían más frutos secos tenían más variedad de bacterias beneficiosas, y ciertas especies estaban directamente asociadas con una distribución de grasa más saludable.

Y lo mejor: este resultado se confirmó en un segundo grupo de más de 1.200 personas. Todo apunta a que comer frutos secos (en cantidades adecuadas) podría tener efectos positivos que van más allá de las calorías.

🥗 ¿Cómo puedes aplicarlo?

  • Incluye un puñadito de frutos secos al día (20-30 g), como snack o en ensaladas, yogures o cremas.

  • Prioriza los naturales o tostados sin sal ni azúcar añadida.

  • Combínalos con una alimentación rica en fibra (frutas, verduras, legumbres), que también favorece tu microbiota.

  • Evita los ultraprocesados, ya que afectan negativamente tanto a la flora intestinal como a la distribución de grasa.

    🔍 Este artículo se inspira en la publicación científica:
    Shi Y. et al. (2024) “Nut consumption, gut microbiota, and body fat distribution: results of a large, community-based population study.”
    Publicado en la revista Obesity, DOI: 10.1002/oby.24099

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