El problema real: ¿por qué “como poco y no adelgazo”?
Cuando bajas mucho las calorías durante semanas, el cuerpo activa un “modo ahorro” (adaptación metabólica) para protegerse:
Baja el gasto basal: tu organismo aprende a funcionar con menos energía.
Se reduce el NEAT: te mueves menos sin darte cuenta (gestos, pasos, postura).
Pierdes músculo si no lo estimulas: y el músculo es tu “horno” de calorías.
Cambian hormonas del hambre y saciedad: sube la grelina (apetito), baja la leptina (saciedad).
El estrés y la falta de sueño elevan el cortisol: más antojos, más retención de líquidos.
Resultado: con la misma comida de antes, gastas menos y el déficit desaparece. No es voluntad: ¡es biología!
La importancia del músculo: tu “seguro” metabólico
Más músculo = más gasto en reposo. Incluso sin entrenar, el músculo consume energía.
Mejora la sensibilidad a la insulina. Gestionas mejor los carbohidratos.
Protege en pérdida de peso. Mantener masa magra evita el típico “me quedé sin fuerza”.
Cómo cuidarlo (sin tecnicismos):
2–3 sesiones/semana de fuerza (cuerpo completo), progresar cargas poco a poco, proteínas repartidas en el día (20–40 g por comida según tu tamaño), y calorías no absurdamente bajas.
Dormir es una herramienta de pérdida de peso (sí, en serio)
- 7–9 horas de sueño estabilizan el apetito y reducen antojos.
- Dormir mal dispara el hambre al día siguiente y hace que el cuerpo guarde más.
- Rutina simple: apaga pantallas 60–90 min antes, cena 2–3 h antes de dormir, habitación fresca y oscura.
Señales de que te estás “adaptando”
- Cansancio constante, frío, más hambre, peor rendimiento en entrenos.
- Pasos diarios bajan sin darte cuenta.
- Estancamiento de semanas pese a “comer poco”.
Si esto te suena, no necesitas comer aún menos: necesitas reestrategia.
Estrategia de salida en 4 pasos
Recalibra tu ingesta: sube a un déficit moderado (≈10–20% por debajo de tus necesidades) o a mantenimiento durante 2–4 semanas si vienes de restricción agresiva.
Prioriza proteína y verduras: 1.6–2.2 g/kg/día de proteína; verduras y frutas en cada comida para volumen y saciedad.
Entrena fuerza + mueve más sin sudar: 2–3 días de fuerza y objetivo de 7.000–10.000 pasos. El NEAT suma.
Duerme y gestiona el estrés: rutina de sueño, pausas breves en el día, respiración 4–6 ciclos cuando notes ansiedad.
Mini plan mediterráneo (1 día, orientativo)
Desayuno: Yogur natural con fresas, nueces y avena; café o té.
Comida: Ensalada grande (tomate, pepino, garbanzos, atún o huevo, AOVE, limón) + pan integral pequeño.
Merienda: Fruta + queso fresco batido o un puñado de almendras.
Cena: Lomo de salmón al horno con verduras asadas y patata mediana.
Extra: Agua como bebida principal. 1–2 onzas de chocolate 85% si apetece.
Claves: proteínas repartidas, grasas saludables (AOVE, frutos secos, pescado), carbohidratos de calidad según tu actividad.
Métricas que sí importan (más allá de la báscula)
- Medidas de cintura/cadera y fotos comparables cada 2–3 semanas.
- Rendimiento en el gym y energía diaria.
- Pasos/día y sueño (horas y calidad).
- Adherencia: ¿puedes mantenerlo 3 meses?
Errores comunes: lo que no debes hacer
Saltarte proteína por “ahorrar calorías”.
Cardio infinito sin fuerza.
Recortar y recortar cuando te estancas.
Dormir 5–6 horas “porque no hay tiempo”.
Dietas de moda que eliminan grupos enteros sin motivo.
Porque tu gasto ha bajado, has perdido músculo o ambos. Ajusta ingesta, añade fuerza, mejora el sueño y recupera NEAT.
Puede ayudar tras periodos largos de restricción. La clave no es “día libre”, sino planificar subidas controladas y volver a un déficit moderado sostenible.
La mayoría progresa bien con 1.6–2.2 g/kg/día, repartidos en 3–4 tomas.
Tu siguiente paso
En Nutrifácil analizamos tu metabolismo y diseñamos un plan que funcione contigo, no contra ti.
Te ayudamos a recalcular tu gasto real, a proteger tu masa muscular y a ordenar tu descanso para que el esfuerzo por fin se note.