La grasa localizada y sus problemas

¿Alguna vez te has planteado si puedes perder  y cómo esa zona que tanto te molesta de tu cuerpo? ¿Cuántas veces hemos oído… «Si a mi solo me sobra el michelín este…», «Aquí estoy intentando perder  la barriga…», «Si me quitas de aquí y de allá me quedaría genial…»

Hoy, vamos a hablar de esta grasa localizada, y la gran preocupación de la población por eliminarla. 

Estos acúmulos de grasa en hombres suelen darse en las zonas centrales como es el abdomen. En mujeres, suele centrarse la atención en muslos y caderas principalmente. No obstante, suele haber de todos los casos.

Los hay que les molesta la famosa papada, otros los mofletes, muchas mujeres y muchos hombres pueden tener problemas de cúmulo de grasa en el pecho (no confundir con ginecomastia, que es el agrandamiento patológico de las glándular mamarias en el hombre).

Estos cúmulos de grasa, dependiendo de la zona, pueden darse por alimentación, sal o azúcar en exceso, incluso consumo de determinados antidepresivos. La edad también juego un papel importante, que puede provocar estos efectos indeseados de cúmulo en zonas loalizadas, como resultado de desequilibrios hormonales.

Hay que tener en cuenta también los tipos de cuerpo que existen dependiendo del sexo.

  • Mujeres: Tipo reloj, triángulo, columna, triángulo invertido, etc
  • Hombres: Tipo endomorfo, mesomorfo o endomorfo.

Sobre los tipos de cuerpo hablaremos en otro post y te ayudaremos a identificar qué tipo de cuerpo tienes y cómo abordar tu caso.

Ante el desconocimiento, generalmente se elimina prácticamente toda la grasa de la alimentación, pero se sigue manteniendo grandes masas de carbohidratos refinados procedentes de pastas, pan e incluso bollería. El aumento de la grasa localizada no se debe por un aumento de la grasa en nuestra alimentación, sino por un aumento de la cantidad de energía, fuente de la que se obtiene y combinaciòn de macro y micronutrientes. 

Además, sedentarismo o falta de descanso, son factores que vemos en el día a día y  pueden agravar la situación indeseada.

Vamos a entrar un poco en metabolismo, que sabemos que es un poco feo, pero está bien ir haciendo oído a estos nombres tan feos.

El proceso de almacenaje de energía es un proceso sencillo que viene coordinado por dos hormonas: insulina y glucagón. Imagino que os sonarán. Son de las hormonas mas conocidas en las personas preocupadas por su salud y nutrición.

  • La insulina es la hormona encargada de almacenar la energía cuando es ingerida. 
  • El glucagón es la hormona que facilita la salida de esta energía al torrente sanguíneo para utilizarla entre comida y comida. 

¿Fácil no? ¿Pero qué ocurre cuando las comidas que realizamos llevan un exceso energético tan grande, que prácticamente no necesitamos la colaboración del glucagón? Pues que la insulina está en continuo funcionamiento metiendo energía en las células de forma continuada para su ‘’posterior utilización’’, y digo ‘’posterior utilización’’ porque no se va a utilizar toda la cantidad almacenada, por lo que aparece el aumento de peso y con ello, el aumento de la grasa localizada. 

¿Eliminar la grasa localizada es un mito o una realidad?

Realizar dietas determinadas y/o ejercicios específicos para reducir alguna parte concreta de nuestro cuerpo es un mito. No dejes que te engañen.

Una realidad es la realización de una dieta saludable o incluso hipocalórica que ayuda a movilizar las reservas de grasa de todo el organismo, reduciendo al igual, esa determinada grasa localizada. Pero olvídate de obsesiones, de papada, mofletes o caderas…. Se puede trabajar la musculatura de la zona, que retraerá un poco más, esa zona que te gusta tan poco, pero no te la eliminará. Ciertamente, podemos mejorar resultados aumentando el gasto calórico total en el entreno.

Muchos estudios científicos han validado los beneficios en la oxidación de grasa con la realización de actividades de alta intensidad, llamadas HIIT (siglas en inglés de Hight Intensive Interval Training y en traducido al español, en entrenamiento de alta intensidad).

Estas, son actividades que tienen la capacidad de aumentar la tasa metabólica en reposo varias horas después de la realización de la actividad. Además, si combinamos musculación y ejercicios cardiovasculares fortaleceremos zonas concretas y seguiremos mejorando la quema de grasa. No tenemos que olvidarnos de una correcta hidratación y de la restricción de hábitos insalubres como tabaco o alcohol para conseguir nuestros objetivos.

Pero, lo más importante de todo, es plantear objetivos realistas a corto y largo plazo, ya que para conseguir cambios es necesario ser conscientes sobre el esfuerzo, paciencia y constancia que necesitaremos  para ir viendo modificaciones en peso y perímetros. Si te prometen llegar a algo difícil sin esfuerzo alguno… ¡¡Sujeta la cartera y HUYE!!

Por otro lado, es importante, que el proceso esté guiado por profesionales del mundo de la nutrición y del entrenamiento, los cuales vayan barajando las mejores posibilidades de cambio en el tiempo para conseguir crear unas buenas praxis de buena alimentación y entrenamiento para siempre.

De esa manera, evitemos el llamado ‘’efecto rebote’’ o vuelta a los indicios del cambio que aparece cuando se modifican hábitos saludables aprendidos por hábitos insaludables

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